Juan Pablo Sanchez – Asociado
Al momento de desarrollar un emprendimiento, el empresario se ve en la necesidad de elaborar una imagen, palabra o conjunto de ambas, que permita al consumidor identificar los valores y la calidad del producto o servicio que ofrece. A partir de ello, se consolidará la marca de esta empresa.
Con el paso del tiempo, las marcas de distintas empresas han llegado a adquirir un alto valor para los negocios ya que automáticamente permite al consumidor asociar todos los productos o servicios, con el prestigio empresarial de la marca.
Ahora bien, ¿qué debe considerar un empresario al momento de elaborar y desarrollar su marca?
Para que una marca pueda ser susceptible a registro, reduciendo cualquier obstaculización en su protección y registro, además de poder ser reconocida por su público objetivo, esta debe contar principalmente con un carácter distintivo.
Este carácter distintivo consiste en la capacidad que debe contar la marca para permitir al usuario distinguir en el mercado los productos o servicios de una empresa con los de otra. De esta forma, a partir de esta distinción que logre representar la marca, con su aceptación, posicionamiento en el mercado y rentabilidad, permitirá que una marca pueda considerarse como notoria o renombrada.
Así como una marca puede adquirir un carácter reconocido y de gran aceptación en el mercado, puede presentarse el caso opuesto y que, debido a un rendimiento no esperado, la marca se vea afectada por una mala aceptación o falta de adaptación en el mercado. De esta forma, la marca elaborada no será efectiva y tendrá un efecto adverso para la empresa titular de la misma.
Para evitar que esta marca sea uno de los factores que resulte en el desempeño no deseado o no esperado, es importante ser riguroso y detallista en la elaboración de la misma. Es importante que la marca desarrollada refleje claramente los valores de la empresa y la filosofía empresarial que respalda los productos o servicios ofertados. Asimismo, debe considerar las marcas manejadas por los directos competidores, para evitar una similitud o confusión con estos y que pueda ser considerada más atractiva que las marcas de los competidores.
De igual manera, para que una marca pueda ser exitosa y adquirir el status de notoria o renombrada, es importante que permita a los consumidores identificarse con ella. Así, no solamente existirá un vínculo de consumo entre el cliente y la marca, si no que se adquirirá un vínculo emocional y subjetivo, que permitirá un mayor y mejor crecimiento de la marca en el mercado, frente a sus competidores.
Es así que, el carácter distintivo de la marca, al adquirir el nivel de aceptación y reconocimiento en el mercado, permitirá a la marca cumplir funciones adicionales. Estas funciones podrán ser las de identificación, que permitirá al usuario reconocer que el producto asociado a la marca corresponde a una empresa de experiencia y tradición. También se generará la función cualitativa, al estar vinculado a una marca reconocida, el consumidor automáticamente identificará al producto con un alto valor y calidad en relación a otros competidores. Y quizás la función que brinda mayor beneficio al contar con una marca de alto valor, es que esta no requiere de grandes proyectos o inversiones en publicidad, al haber alcanzado este nivel de reconocimiento, los consumidores son dirigidos a la calidad que es asociada con esta marca.
De esta forma, el desarrollo y elaboración de una marca ya no es un factor menor a la hora de entablar un emprendimiento y desarrollo de productos, por el contrario, es una labor importante que debe considerar el empresario en el inicio de una nueva actividad. Debiendo contar con un equipo creativo que pueda reflejar y representar las ideas y sentimientos que busca expresar determinado producto y servicio.
Sin embargo, el contar con una marca que ha sido trabajada arduamente y que tiene el potencial de adquirir esta calificación de renombrada o notoria, no es suficiente. Para que este trabajo importante no se vea perjudicado o aprovechado por competidores o terceras personas que no están relacionadas con la empresa o el producto, es necesaria una debida protección jurídica de esta marca.
Esta protección surge y se produce con el registro de la marca por parte de su titular ante un registro público nacional, comunitario o internacional, contando un derecho de propiedad sobre la marca a partir de este registro. Asimismo, al contar con el registro de la titularidad sobre la marca, se reconoce el derecho de su titular a oponerse o evitar todo uso contrario a lo que es permitido por el titular, no pudiendo terceras personas hacer uso de esta marca sin la debida autorización de su titular.
¿Por qué es importante realizar el registro de la titularidad de la marca en el menor plazo posible a partir de la existencia de la misma?
En materia de propiedad intelectual e industrial, se reconoce un principio como máxima principal ‘‘El primero en el tiempo es el primero en derecho’’. Esta máxima significa que, la primera persona, natural o jurídica, que realiza el registro legal de una marca ante el registro público, será considerado como su legal y legítimo propietario frente a terceros. Así, salvo en casos especiales, no importará si su legítimo propietario ha hecho uso de la marca con anterioridad sin proceder a registrarla, quien realice el primer registro de la marca, será su propietario real frente a la vida jurídica.
De esta forma, podemos concluir que, es de suma importancia desarrollar una marca que cuente con un importante carácter distintivo y una vez se cuente con la marca consolidada, es aún más importante realizar su registro como titular de la misma.